Estrategia de Alimentación Saludable y Sostenible 2030
Para afrontar las emergencias sociales, climáticas y ecológicas con las que nos encontramos, y tal como ya han hecho muchas otras ciudades del mundo, el Ayuntamiento de Barcelona, junto con el Plan estratégico metropolitano de Barcelona (PEMB), ha impulsado un proceso para elaborar una estrategia de alimentación sostenible 2030, que sea la hoja de ruta compartida en políticas alimentarias en la ciudad para los próximos ocho años.
La Estrategia de alimentación sostenible Barcelona 2030 quiere ser una estrategia de ciudad, es decir, una estrategia elaborada por y para todos los agentes del sistema alimentario que facilite el despliegue de políticas, proyectos y actuaciones compartidas por parte de todos estos agentes. A la vez, quiere ser una estrategia con vocación transformadora, y que implique a los diversos agentes que quieren contribuir a la transformación del sistema alimentario para hacerlo más sano, justo y sostenible.
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Una estrategia alimentaria urbana es, a la vez, el resultado y el proceso mediante el que una ciudad visualiza la transformación de su sistema alimentario y esboza cómo hará realidad estos cambios. Apela a la necesidad de acción colectiva, de tejer sinergias, de involucrar nuevas y diferentes capacidades de transformación, incluir diversidad de voces y conocimiento, superar retos e incrementar la ambición ante las emergencias ecológicas y sociales que afrontamos.
Una estrategia de alimentación sostenible sitúa la alimentación sostenible en la agenda urbana, construye sobre los esfuerzos y los conocimientos existentes y crea nuevas sinergias gracias a la conexión de diferentes agentes. Además, crea un marco conjunto de trabajo que da estabilidad en el tiempo, más allá de cambios en las instituciones y en las entidades particulares, lo que permite planificar acciones a corto y a largo plazo.
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- Fijar una visión compartida y grandes objetivos de ciudad, alineados con los ODS y con los compromisos internacionales.
- Alinear la visión y los objetivos con una amplia representación de los agentes de la quíntuple hélice alimentaria, de los diversos ámbitos sociales y fases de la cadena alimentaria que asuman el compromiso de trabajar hacia la transformación del sistema alimentario.
- Tejer complicidades, fortalecer relaciones y facilitar la creación de redes entre agentes.
- Identificar líneas de trabajo, posibles medidas y proyectos compartidos, agentes clave por movilizar, riesgos y alertas, y ejemplos vivos.
- Impulsar un espacio de gobernanza, coordinación y trabajo compartido para desplegar la estrategia.
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Se ha diseñado este proceso teniendo en cuenta que hay que dar voz a diferentes agentes vinculados al ámbito de la alimentación sostenible. Por eso, en el proceso hay representantes de la llamada quíntuple hélice alimentaria (las administraciones públicas, el sector privado, el mundo académico y de la investigación, la ciudadanía y sus organizaciones y los medios de comunicación), así como de los diversos sectores (salud y bienestar, medio ambiente, justicia social, cultura y educación, y economía) y fases de la cadena alimentaria (del campo al plato).
El proceso tendrá varios espacios de trabajo, como tres encuentros del Plenario de ciudad de la alimentación sostenible, ocho encuentros de tipo sectorial y temáticas y entrevistas con agentes clave, entre otros. Además, en primavera se hará un proceso participativo abierto al conjunto de la ciudadanía, para contrastar los objetivos estratégicos que resulten del proceso.
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La diagnosis “¿Cómo se alimenta Barcelona?” se ha elaborado para hacer un retrato y una caracterización del sistema alimentario de la ciudad de Barcelona a partir de los datos empíricos disponibles. Esta diagnosis sirve de punto de partida para poder definir una visión compartida y poder identificar los retos principales a la hora de alcanzar esta visión.
Aquí puedes encontrar el documento completo, y aquí, el resumen ejecutivo.
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Tal como se indica en el informe “La alimentación sostenible: manual para ciudades”, la alimentación sostenible consiste en alimentar a toda la población de manera que beneficie a las personas, al planeta y a los territorios. Para eso, hay que producir, transformar, vender, comprar y consumir alimentos creando prosperidad, promoviendo la justicia social, cuidando, conservando y regenerando nuestros recursos y ecosistemas, y salvaguardando la capacidad de las generaciones futuras de alimentarse también de manera justa, saludable y sostenible.
Un sistema alimentario sostenible crea prosperidad, promueve la justicia social, preserva y regenera los recursos naturales y los ecosistemas, y salvaguarda la capacidad de las generaciones futuras de alimentarse de forma sostenible.
La alimentación sostenible es: (aquí sí hace falta, se puede poner “lee más”)
- Buena para las personas. Asegura a todo el mundo los recursos necesarios para producir, consumir y disfrutar de alimentos seguros, sostenibles, saludables y sabrosos que nos permitan tener una vida plena. Tiene presente que también se incluye a las personas que necesitan más recursos o acompañamiento.
- Buena para los territorios. Promueve economías locales diversificadas y prósperas, que garantizan el bienestar de las personas trabajadoras y distribuyen beneficios de forma equitativa. Pone en valor las dietas y los conocimientos gastronómicos tradicionales. Celebra la diversidad de culturas que conviven en nuestro territorio, genera relaciones positivas entre el medio urbano y el rural, y entre el Sur y el Norte globales.
- Buena para el planeta. Produce, transforma, vende, compra y elimina los alimentos preservando y regenerando los recursos naturales y los ecosistemas. Contribuye a frenar la crisis climática, asegura el bienestar de los animales y fomenta la biodiversidad.