El campo de Collserola valora la primera edición del Contrato agrario
La nueva línea de ayudas, que compensa económicamente al campo por los beneficios socioambientales que genera, ha sido valorada positivamente por el sector y demuestra su potencial para dar apoyo directo a la actividad agraria.
Hacer actividad agraria en Collserola implica mucho más que producir alimentos. El sector agrario es el guardián de la biodiversidad de este espacio y, para apoyarlo y recompensar todos los beneficios socioambientales que genera con su trabajo, se creó el Contrato agrario de Collserola (CAC), una herramienta que pretende compensar al sector por las aportaciones que brinda al parque y los municipios que lo rodean, y que remunera varias actuaciones que tienen una repercusión positiva sobre el territorio en el ámbito ecológico, económico y social.
La primera edición de esta nueva línea de ayudas tuvo lugar en el 2022 y, para recoger los aprendizajes, el Consorcio del Parque Natural de la Sierra de Collserola, en el marco del proyecto “Alimentem Collserola”, ha elaborado un informe de evaluación que recoge las reflexiones hechas por el mismo sector que ha participado y por el equipo técnico encargado de su ejecución.
Recordamos que la primera edición del CAC se dotó con 75.000 €. De esta partida, finalmente se han acabado agotando 61.505,26 €. En concreto, se ha destinado una media de 3.844,08 € a cada uno de los dieciséis proyectos productivos seleccionados, que han ayudado a financiar aquellas actividades que el sector agrario realiza regularmente: el mantenimiento de márgenes y muros, el cultivo de variedades y razas autóctonas, la reparación de caminos… También destaca la partida dirigida a la instalación de vallas cinegéticas para poner freno a los daños provocados por el jabalí y, en esta primera edición, a la participación en una organización de productoras, probablemente porque coincide con una etapa inicial de la asociación Collserola Pagesa.
Puntos fuertes del CAC
La primera convocatoria del CAC ha marcado un punto de inflexión en el impulso de la actividad agraria en Collserola, sobre todo para apoyar al campo con recursos concretos y avanzar en la transición agroecológica del parque natural.
En general, el campo ha valorado positivamente la nueva herramienta. Entre las principales fortalezas del CAC destaca que, con un presupuesto reducido con respecto a otras líneas de ayudas similares, genera un impacto particularmente significativo sobre el territorio.
Supone sobre todo un ahorro con respecto a la contratación pública para tareas de gestión forestal o conservación del territorio, y da valor a actuaciones que el sector agrario realiza habitualmente y que están poco visibilizadas.
En definitiva, el CAC, mediante la compensación económica, consigue valorar unos servicios ecosistémicos que no se ven reflejados en el precio de los alimentos que producen, pero que generan unas aportaciones muy relevantes al territorio.
Aprendizajes para próximas ediciones
El informe también recoge la reclamación que hace el sector agrario sobre el hecho de que el CAC debería convertirse en una herramienta de apoyo económico al campo más generalista, que incluyese actuaciones de inversión en las fincas para mejorar su vocación productiva y la viabilidad de los proyectos profesionales.
Por otra parte, también, se considera limitada la dotación económica. De este modo, se propone aumentar los precios de referencia de algunas actuaciones para adaptarse a los costes reales y equiparar algunas que se consideran estratégicas en el parque con otras mejor valoradas monetariamente.
Finalmente, el informe también concluye la necesidad de ampliar el número de actuaciones relacionadas con la apicultura, ganadería y cereal.
CAC 2023, en marcha
La segunda convocatoria del CAC se cerró el pasado mes de junio y ayudará a financiar actuaciones que se lleven a cabo durante este 2023. En esta edición, la dotación ha sido de 75.000 € y cada solicitud podrá recibir hasta un máximo 5.000 €.
Este año se han incorporado novedades como la compensación por tres categorías de actuaciones: en primer lugar, los servicios ecosistémicos; en segundo lugar, el impacto sociolaboral; y, para acabar, las mejoras en la infraestructura agraria. También se han incluido nuevas actuaciones que generan impactos socioambientales positivos sobre el medio y las personas, y que favorecen la viabilidad de las fincas de la sierra.
