Castaña

La castaña es el fruto del castaño; tiene forma redondeada y plana por un lado y normalmente es de color marrón brillante por fuera con una pulpa blanca-amarillenta de sabor dulce. Suelen comerse asadas, aunque tienen muchos más usos y formas de presentación en el mercado.

Imatge
  • La castaña no es un fruto seco sino un fruto fresco. Para conservarlas durante varias semanas, deben remojarse en un agua que se renovará diariamente durante una semana.

    Para eliminar la piel que la cubre, bajo la cáscara, las castañas se tienen que cocer durante unos minutos en agua hirviendo.

  • Algunos de los valores nutricionales destacables de las castañas son su contenido en fibra, en minerales como el potasio, el hierro y el calcio, y en las vitaminas C y E. Además, tienen poco sodio. La castaña es una fruta muy interesante y apta para casi todo tipo de dietas.

  • Existen varias aplicaciones elaboradas en las que está presente la castaña, como un estofado típico de Galicia con castañas y garbanzos. También pueden hacerse compotas o mermeladas de castañas en almíbar, y purés y cremas.  Además, se utilizan en repostería (brioches, flanes y helados) y finalmente podemos encontrarlas hervidas, como acompañamiento de carnes y arroces como el risotto.

  • ¡Este producto es tan característico del otoño que incluso se merece una fiesta propia! Las castañas son buenas tanto crudas o cocidas y pueden utilizarse para varias preparaciones. Si, después de la fiesta de la castañada, sobran castañas cocidas, podemos pelarlas y hacer con ellas un puré de castañas con crema de leche como acompañamiento para una butifarra, o bien hacerlas con azúcar y vainilla para rellenar un bizcocho. En Francia es típica la crema de castañas, que se come con pan o para añadir a postres y que se puede comprar ya hecha. Se dice que originariamente se inventó para aprovechar las castañas que se rompían durante el proceso de elaboración del marron-glacé y que, por lo tanto, no podían venderse. Otra forma de conservar las castañas es en almíbar o secas, las llamadas castañas pilongas, que luego se pueden rehidratar y añadir al asado de Navidad o a otro guiso, o bien usar para una crema con verduras de primer plato. Cuando ya están secas, también pueden convertirse en harina, que se utilizará para crepes y pasteles o para espesar salsas.