“La plaza de Catalunya nos ha hecho de escaparate”: las participantes hacen balance de la Feria de Consumo Responsable y de Economía Social y Solidaria

La Feria de Consumo Responsable y de Economía Social y Solidaria ha colocado la alimentación sostenible en el centro, ofreciendo alternativas reales al consumismo navideño.

..
10/01/2024 - 17:48 h - Ayuntamiento

En Barcelona, durante diez días de diciembre, la alimentación sostenible ha estado en el centro de todas las miradas. Quienes se acercaron a la plaza de Catalunya del 15 al 29 de diciembre pudieron descubrir los diferentes proyectos de la Feria de Consumo Responsable y de Economía Social y Solidaria en un amplio abanico que incluyó desde cocina africana con valor social hasta aceites y vinos ecológicos.

Componían la oferta de alimentación sostenible las tres casetas de Ordi Natura, L’Olivera y 3 Cadires, y el mercado de degustación con tres espacios donde Abarka, Diomcoop y Menjador Ca La Rosa vendían comida que podía consumirse al momento. Sus responsables hacen balance de la participación.

Un escaparate para Ordi Natura

En Ordi Natura trabajan la alimentación desde una vertiente social. Es por eso por lo que las personas encargadas de la caseta eran las familias de las chicas y los chicos con discapacidad intelectual que elaboran productos como sésamo caramelizado con diferentes sabores o chocolate en el taller de Sant Andreu de Palomar. Para estar en la feria, han tenido que sumar las jornadas voluntarias en la plaza de Catalunya a las de su trabajo asalariado, lo que, admiten, les ha supuesto un esfuerzo personal significativo.

Sin embargo, es la sexta vez que repiten participación, por lo que parece que el sacrificio se ve compensado: “La plaza de Catalunya nos sirve de escaparate para que después, quien está interesado, entre en el web o busque qué comercios venden nuestros productos y se fidelice con el proyecto”.

Por eso, quienes acaban visitándolos en la feria son personas que ya conocían el producto o lo habían comprado en ediciones anteriores. Este año, lo que más salida ha tenido han sido el chocolate y los lotes de Navidad que habían preparado especialmente para la ocasión: una muestra de tres de sus productos a un precio muy reducido.

Más clientes para el restaurante de Abarka

Abarka busca convertirse en un referente de la gastronomía africana en el Estado español trabajando con personas migrantes y racializadas y sirviendo como medio para su inserción en el mercado laboral. De la misma manera que Ordi Natura, esta no es la primera edición de la Feria de Consumo Responsable y de Economía Social y Solidaria en la que participan, y el balance que hacen es positivo.

Han destacado que su puesto en el mercado de degustación ha ayudado a hacer que más personas conozcan su proyecto de restauración homónimo en la calle del Guadiana, en el barrio de Sants. Indican que buena parte de la clientela del último mes ha decidido acercarse al local después de probar las versiones de los platos que vendían en la feria. Los que más han gustado a las y los visitantes de la feria han sido las patatas fritas de yuca con salsa de anacardos y el zumo bissap, una infusión fría de flor de hibisco con menta.

También agradecen haber podido dar a conocer otros proyectos de la cooperativa y visibilizar su labor social y el activismo gastronómico.

Una Navidad consciente con L’Olivera

La cooperativa de trabajo de iniciativa social L’Olivera compartía espacio con la Fundación Casa Dalmases. Ambos proyectos promueven el impulso sostenible del territorio desde la inclusividad y se los conoce, entre otros productos, por los vinos y aceites ecológicos y la cerveza artesana. Esta última ha sido uno de sus productos más vendidos, junto con els arrugats, del obrador de galletas con valor social El Rosal.

Lo que ha hecho que se agotaran las existencias de els arrugats ha sido su historia, de la que es protagonista uno de los trabajadores del obrador, que no conseguía la forma cilíndrica del barquillo. Al final del día tenía un montón de intentos frustrados que se comían el resto de las personas que trabajan en el taller. Fue el responsable del obrador quien tuvo la idea de ponerlos a la venta como representación de los valores de El Rosal.

En L’Olivera creen que las personas que ya eran conscientes de la importancia del cambio de hábitos de consumo y alimentación han sido quienes más se han acercado a la caseta: “Tanto los barquillos como los vinos son productos muy consumidos durante las fiestas de Navidad y escogerlos de proximidad, ecológicos y con valor social es una decisión pensada en un intento de mirar más allá de nosotras mismas y poner en el centro el planeta, el territorio y las personas”.

Un balance final muy positivo

Los tres proyectos coinciden en valorar positivamente la sinergia de los y las participantes de la feria, que queda patente en la respuesta del público. Creen que las actividades y los talleres también colaboraron a hacer que los y las visitantes dedicaran más tiempo a descubrir qué les podían ofrecer las cooperativas y empresas sociales participantes.

El balance final que hacen es que esperan poder disfrutar durante muchos años más del privilegio que supone ocupar la plaza de Catalunya en uno de sus periodos de mayor concurrencia, como sucede con esta feria de Navidad.