Diez claves para comunicar mejor la necesidad de cambiar el modelo alimentario
El espacio participativo Agròpolis organiza un taller para impartir cómo tiene que ser una comunicación que ayude a transformar el sistema alimentario.
El pasado 19 de mayo, la Fábrica del Sol presentó una nueva jornada formativa del espacio participativo Agròpolis, un punto de encuentro público-comunitario en el que la sociedad civil, el tejido económico, las universidades y la administración pública colaboran para transformar el sistema alimentario desde la soberanía alimentaria y la agroecología.
Para conseguirlo, organiza a lo largo del año diferentes actividades y jornadas para promover esta colaboración, pero también organiza sesiones formativas para adquirir nuevas herramientas y recursos que ayuden a avanzar en la transformación del modelo alimentario. ‘Como comunicar para el cambio de la cultura alimentaria’ es su formación más reciente.
Esta última jornada se dividió en dos partes: una primera de reflexión y debate en la cual participaron Anna Villagordo, experta en comunicación ambiental y creativa, Albert Vinyals, profesor de psicología del consumo, y Josep Sucarrats, director de la revista ‘Arrels’, y una segunda parte más práctica, con un taller de comunicación creativa de la mano de la cooperativa L’Apòstrof, para aprender a hacer campañas más atractivas y eficaces.
A continuación, recogemos las conclusiones principales de la jornada:
- La comunicación no tendría que centrarse en otorgar toda la responsabilidad del consumo consciente a las personas, porque es el mismo sistema el que tendría que hacer posible este consumo consciente. Tampoco podemos dejarlo todo en manos, únicamente, de las personas concienciadas.
- Hace falta entender y convivir con las contradicciones. Según Josep Sucarrats, de esta manera comunicaremos mejor porque lo haremos desde la empatía y la experiencia, y no desde la superioridad moral.
- Tenemos que intentar cambiar nuestra perspectiva y nuestra manera de pensar. Tenemos muy interiorizada la teoría sobre los beneficios del consumo consciente, pero tenemos que intentar explicar las cosas de manera diferente para ser más accesibles y llegar a más gente.
- Comunicar diciendo que estás matando el futuro ya no se lleva. La sostenibilidad es hoy. Tenemos tendencia a comunicar culpabilizando productos concretos: la huella de carbono, el plástico… Pero tal y como explica Anna Villagordo, “tenemos que dejar de crear túneles comunicativos”.
- La comunicación tiene que tener presente el peso de psicología del consumo en el cambio de la cultura alimentaria. Albert Vinyals explica que los factores psicológicos y sociales influyen en las elecciones alimentarias de las personas. Por este motivo, comprender las motivaciones y las barreras de las personas consumidoras puede ayudar a diseñar mensajes de comunicación más efectivos y adaptados a sus necesidades y a sus valores individuales.
- Las emociones que pueden dar más juego a la hora de comunicar son la sorpresa, en especial cuando tenemos poco presupuesto, y las emociones positivas, como el amor o la alegría, porque vinculan y generan recuerdos. En cambio, a veces desde el consumo consciente hablamos de miedo, ira o asco, pero son emociones problemáticas que alejan a las personas.
- El humor y la autocrítica son herramientas de comunicación muy potentes que se viralizan con más facilidad, se recuerdan y llaman la atención.
- A la hora de idear campañas, es importante construir un relato, crear una historia que conecte con la emoción del público para conseguir un mayor impacto.
- Tenemos que aceptar que hay personas que, cuando van a comprar, solo compran. No quieren relacionarse. No quieren hacer un acto político.
- En el proceso de compra, la comunicación solo representa una pequeña parte. Por este motivo, es crucial cuidar de todo el proceso, desde que captamos a una persona nueva como cliente hasta el final. Tenemos que valorar la experiencia de la persona usuaria y acompañarla a lo largo de toda la vida.
Si no pudisteis asistir, podéis ver la sesión aquí.